En estos tiempos en los que tiemblan los
pilares del toreo, al “Juli” le menguan los de “El Pilar”. Y no es que él se
venga a menos, al contrario, es que el trapío de esta y otras ganaderías baja
por “arte de mágia”. Inconmensurable torerazo y figurón del toreo, pese a quien
le pese, vestido de obispo y azabache brilló en Vista Alegre como el Guggenheim
en día soleado. Las luces las puso en un inspirado recital rebosante de arte y
oficio. Sí, sí, he dicho arte. Así que quítense
las gafas para no ver los defectos, pasen, vean y disfruten.
Emotivo recibimiento de Bilbao a Padilla.
Abrió plaza el jerezano con un toro que acabó de inutilizarse en el caballo y
fue devuelto a los corrales. Corrió turno y apareció “Mirabajo” escueto de
fuerza también. Tres largas de rodillas en el recibo. Simulacro en el caballo y
carta de presentación de “El Juli” con un quite por delantales para no
incordiar. Reunió los garapullos en los tres pares, mejor el segundo en la cara
y el tercero al violin. Con la muleta la nobleza del animal se deshacía por
endeble. Por el derecho quiso bajar la mano con largura pero ante la falta de
fuerza decidió dejarlo pasar a media altura sin molestarlo. Por el izquierdo le
resulta incomodo y no acabó de encontrar la distancia. Dos pinchazos y estocada
al clarín. El sobrero que salió en cuarto lugar hirió al diestro en la mano en
su segundo par y tuvo que ser vendado en la barrera para continuar la lidia.
Voluntarioso ante un toro que no transmitía, vuelve a errar en los aceros.
“El Juli” atrapó con el capote a un “pilar”,
que quiso y no pudo irse, hipnotizado por el magnífico juego de brazos del “mago”.
Embelesado acabó “Dulce” con una media belmontina que dibujaron las muñecas de
Julián para cerrar el recibo. Así se enseña a embestir a un toro, pareció
insinuar el maestro. La lección capotera prosiguió en el tercio de quites por
chicuelinas alternadas con cordobinas, una delicia. Talavante apareció y ajustó
otro por chicuelinas. Una vez abierto el libro, “El Juli” tiró de mando, temple
y ligazón con la muleta. Comenzó a pies juntos con pases por alto para luego llevárselo
a los medios. Allí le enjaretó una astuta y variada faena. Primero cuatro
series por el derecho con mucha profundidad y transmisión. El toro con
recorrido, humillaba noble. Al natural, inspiración y largura por abajo. Vistosísimo
y variado final que desemboca en una descomunal estocada, algo trasera. El
presidente, aún con los circulares, manoletinas y capetillina en la retina, decidió saldar
deudas con dos orejas. Como me quité las gafas para disfrutar, entré al trapo y
no quise ver alivios ni demás. Este Julián lo torea todo. Al quinto le falto
ritmo y final. Por el derecho se tragó
muletazos largos. Naturales, con despaciosidad y largura, dieron
paso a un arrimón cuando el toro perdió fuelle. Pinchazo y estocada caída.
Salió el tercero para Talavante con el eco
de las dos orejas del Juli en los tendidos. En su mente, quizá la petición no
atendida del otro día. Suelto de salida y poco picado. Con la muleta lo saca a
los medios limpiamente. Una tanda buena y templada por el derecho. Por el izquierdo algunos buenos, un enganchón
con susto al quedársele atrás la muleta. Sin perderle pasos y un buen pase de
pecho. Algo de pico en fases de la faena pero siempre con ganas y atacando.
Cuando bajo el toro busco la cercanía. Manoletinas ajustadas. Faltó toro. Pinchazo
y estocada. El sexto, embistió con codicia incomodando al extremeño que ofertó en su mano izquierda los mejores momentos. El toro, humillador, se
apagó poco a poco ante un Talavante dispuesto pero poco inspirado. Sigue
sorprendiendo la arruzina que junto a una serie de redondos y estocada, arranca
una oreja a los tendidos.
Se abrió la puerta grande. Nos ponemos las
gafitas y todos a casa felices.
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