Ganadería de Jandilla para
El Cid,
Iván Fandiño y
David Mora
CRONICA POR GRANAINOPURO
Don Iván Fandiño de Orduña debiéramos llamarle. Con esas palabras me saludaba por teléfono un gran aficionado y amigo. Pues sí. Porque este torero lleva la veracidad como estandarte con cualquier toro y en cualquier plaza. Sin grandes alharacas, ni la pirotecnia de los encumbrados por la famita todopoderosa de los diez mosqueteros, el de Orduña, hoy en su feudo, está demostrando que tiene aprendida la enciclopedia de la “Tauromagia” que es, por otra parte, la que te da el conocimiento de los terrenos y la distancia para quedarte en el sitio, y no andar “deleitando” al respetable con el ballet pierde pasos al que nos tiene acostumbrados tanta bailarina afamada. ¡Pareces de Bilbao, chico! Pues no, de Bilbao es el torero. Y es que, harto de ver tanto pico, tanto corregir y no hacerlo colocaciones fuera de cacho, uno agradece la honradez taurina que tanta falta hace en estos tiempos, y que tanto ayudaría a la fiesta. Dicho sea de paso.
Al Cid, que fuera campeador, le salió el primer “Flan-dilla” ( dicese de la corrida de Jandilla dulce y blanda, sin peligro aparente), manso, rajado, soso, cantarín y bobo. Dos naturales y al tercero se le raja, y vuelta a empezar. Por el derecho pupa, que puntea. Estocada traserita y se echa. El cuarto fue otra cosa. La poca fuerza que trajo la dejó en el caballo. El noble animal persiguió a ratos el pico de un lejano Cid y recibió algún derechazo de mérito. Alargó el de Salteras buscando una oreja en el tendido pero la tizona del mosquetero erró varias veces y se disipó el sueño. “Facineroso” fue el primero de Fandiño. Buen toro a la postre, gracias al torero en parte, arreó de manso en banderillas y en el caballo perdió las manos. Lehendakari, haz algo para que no prohíban aquí los toros como sucedió en Cataluña. Ese fue el brindis de Iván Fandiño. ¿Cómo se dice “prohibido prohibir” en catalán? Pues escríbelo en tu cuaderno cien veces. A lo nuestro que es “la Fiesta”. Y la fiesta la puso Fandiño. A pies juntos empezó la faena. Una buena serie con la derecha y buen pase de pecho. Otra más con ligazón, templando, pase de pecho enorme de pitón a rabo. Humilla a estas alturas el Jandilla y el sitio del torero, de libro. Suena la música y se está toreando en Bilbao. Enorme serie por el derecho, con empaque y verdad. Con la izquierda el toro protesta y baja la intensidad en un par de tandas. Vuelve entonces al derecho para encaminar el triunfo. Un estoconazo para las escuelas taurinas hizo que una oreja de kilo y pico sacara el pañuelo presidencial. Su segundo fue protestado por falta de fuerza. Quiso Fandiño que respirara entre serie y serie para aliviar la falta de fuerza pero el animal no recuperó lo que no tenía. Aún así estuvo sincero en todo lo que hizo. Finalizó con bernardinas que enardecieron los tendidos. Otro estoconazo y orejita que concedió la presidencia, una vez arrastrado el toro ante la fuerte, petición. David Mora , arreado por la actuación de Fandiño, recibió a su primero con dos largas de rodillas seguidas de unas verónicas y tres medias. El toro, el mejor de la tarde, se encontró con una muleta ávida de triunfo pero con algunas carencias técnicas. Humilló y hubiera lucido más en unas manos más expertas. A David le falto colocación que no ganas y le sobró pico. Hoy codilleo menos pero sigue sin cargar la suerte. Esperemos que corrija sus defectos y aproveche la virtud de llegar al tendido como hoy, porque eso sí, Bilbao le agradeció con una oreja las ganas, y media en todo lo alto que acabó con el burel de forma fulminante. El sexto fue más pastueño y hubo más defectos que virtudes. Lo dicho, hoy, “Don Iván Fandiño de Orduña”, un buen espejo para David y muchos otros.
Al Cid, que fuera campeador, le salió el primer “Flan-dilla” ( dicese de la corrida de Jandilla dulce y blanda, sin peligro aparente), manso, rajado, soso, cantarín y bobo. Dos naturales y al tercero se le raja, y vuelta a empezar. Por el derecho pupa, que puntea. Estocada traserita y se echa. El cuarto fue otra cosa. La poca fuerza que trajo la dejó en el caballo. El noble animal persiguió a ratos el pico de un lejano Cid y recibió algún derechazo de mérito. Alargó el de Salteras buscando una oreja en el tendido pero la tizona del mosquetero erró varias veces y se disipó el sueño.
“Facineroso” fue el primero de Fandiño. Buen toro a la postre, gracias al torero en parte, arreó de manso en banderillas y en el caballo perdió las manos. Lehendakari, haz algo para que no prohíban aquí los toros como sucedió en Cataluña. Ese fue el brindis de Iván Fandiño. ¿Cómo se dice “prohibido prohibir” en catalán? Pues escríbelo en tu cuaderno cien veces. A lo nuestro que es “la Fiesta”. Y la fiesta la puso Fandiño. A pies juntos empezó la faena. Una buena serie con la derecha y buen pase de pecho. Otra más con ligazón, templando, pase de pecho enorme de pitón a rabo. Humilla a estas alturas el Jandilla y el sitio del torero, de libro. Suena la música y se está toreando en Bilbao. Enorme serie por el derecho, con empaque y verdad. Con la izquierda el toro protesta y baja la intensidad en un par de tandas. Vuelve entonces al derecho para encaminar el triunfo. Un estoconazo para las escuelas taurinas hizo que una oreja de kilo y pico sacara el pañuelo presidencial. Su segundo fue protestado por falta de fuerza. Quiso Fandiño que respirara entre serie y serie para aliviar la falta de fuerza pero el animal no recuperó lo que no tenía. Aún así estuvo sincero en todo lo que hizo. Finalizó con bernardinas que enardecieron los tendidos. Otro estoconazo y orejita que concedió la presidencia, una vez arrastrado el toro ante la fuerte, petición.
David Mora , arreado por la actuación de Fandiño, recibió a su primero con dos largas de rodillas seguidas de unas verónicas y tres medias. El toro, el mejor de la tarde, se encontró con una muleta ávida de triunfo pero con algunas carencias técnicas. Humilló y hubiera lucido más en unas manos más expertas. A David le falto colocación que no ganas y le sobró pico. Hoy codilleo menos pero sigue sin cargar la suerte. Esperemos que corrija sus defectos y aproveche la virtud de llegar al tendido como hoy, porque eso sí, Bilbao le agradeció con una oreja las ganas, y media en todo lo alto que acabó con el burel de forma fulminante. El sexto fue más pastueño y hubo más defectos que virtudes. Lo dicho, hoy, “Don Iván Fandiño de Orduña”, un buen espejo para David y muchos otros.
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