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BADAJOZ.- José Tomas y El Juli

17:53

BADAJOZ.- José Tomas y El Juli, a hombros
Lección de torería




Se han lidiado toros de Garcigrande, 1º, 4º, 5º y 6º y dos con el hierro de Domingo Hernández Martín, bien presentados y de juego desigual. Manejables 1º, 4º y 6º, manso el 3º (pitado al arrastre), bueno el 3º (aplaudido al arrastre) y flojo el 5º (pitado también al arrastre)


Tras el paseíllo los comparecientes fueron obligados a saludar por el público.


Juan José Padilla recibió a su primero a la verónica rematando con una media a pies juntos. Tras un largo puyazo una de las primeras sorpresas de la tarde: no puso banderillas, creo que es la primera vez que lo veo, a pesar de cierta insistencia del respetable, con dos palos se cambió el tercio provocando los pitos. Fue faena la suya intermitente, sin emoción ni transmisión. Con la izquierda no quiso nada. Tras pinchazo hondo a la segunda y dos descabellos obtuvo silencio. En el cuarto de la tarde salió con más ganas, no en vano ya llevaba perdida la partida. Inicio con una larga cambiada de rodilla al hilo de las tablas. Esta vez sí puso banderillas, un tercer par al violín, en general con mucha suficiencia. Tras brindar al público hasta siete pases de rodillas por alto le instrumentó al burel. A pesar de que tenía una más clara embestida por el pitón izquierdo tan solo le dio una tanda. Por la derecha se nos antoja que no estuvo cómodo del todo, no terminando de haber sintonía toro-torero. Al final volvió de nuevo por el pitón bueno. Después de un pinchazo y entera tras aviso el toro escuchó una sonora ovación por su resistencia a claudicar.


Algo distraído salió el primero de José Tomás que se fue a los medios para darle una serie capotera con una suavidad inconcebible, al alcance de muy pocos. Una vez entró al caballo (por cierto con algo de desorden en la lidia en este tercio) se protestó al toro, parecía que hacía extraños a causa de la vista. Además de manifestar mansedumbre. El inicio de muleta fue de estatuarios con los pies clavados en el albero, a la siguiente tanda el toro protestó y el torero le pegó tres derechazos de clase. También lo probó por la izquierda, pitón este por el que había menos coles, aún así le aguantó lo indecible extrayendo algún natural más que digno. Lo exprimió al máximo y provocó la embestida del animal entre los pitones del mismo. Aquello de si el toro no ataca, te ataco yo. Terminó con ajustadas bernardinas y lo finiquitó de entera caída que permitió que se paseara la primera de las ocho orejas de la tarde. Con el que hacía quinto tuvo un comienzo similar, siempre con mucha suavidad, como no queriendo que pase el toro, tras la puya de rigor y un quite por gaoneras brindó al público. Tenía ganas José Tomás y el toro no era el más propicio para el triunfo precisamente. Craso error el mío, qué más da como sea el astado si es José Tomás el que lo va a lidiar. Daba además síntomas de descoordinación. Los pases se sucedieron de uno en uno, y de dos en dos, pero ¡hay! que pases, siempre con gusto y armoniosidad. Gran esfuerzo el que hizo el de Galapagar, habiendo mucho más torero que toro. Nuevamente pone el cuerpo donde muchos ponen la muleta y aguantando a la mitad de la suerte en la misma barriga del torero lo que no está en los escritos. Torería pura y dura. Con la condición del toro poner la plaza en pie... Mucho toreo y bueno. Juzguen ustedes, toro pitado al arrastre y torero paseando los dos apéndices de ese mismo toro.


El Juli venía prácticamente convaleciente de su último percance, lejos de mermarle o animalarle, sacó profesionalidad torera y humana. Tuvo un gran comienzo capotero a la verónica, largas y despacio. Lo cuidó mucho al caballo, realizó un quite por chicuelita y extraordinaria media a una mano. Brindis al público e inicio prometedor. Una primera tanda por la derecha como Dios manda, por la izquierda la embestida no era tan limpia. Entendió pronto que el pitón bueno era el derecho y a el volvió para deleitarnos con serie para enmarcar, parte del público se puso de pie. Nuevamente insistió con la zurda hasta que finalmente consiguió que embistiera con claridad, aunque algo acelerado el torero, todo hay que decirlo. Volvió a la derecha y ayudado por la humillación y nobleza del toro hubo compenetración total. Mató de un estoconazo trasero y cosechó dos orejas. Al que hacía último le fue tirando largo de él por la derecha con gusto. Los naturales no se hicieron esperar en un alarde de entrega y como he dicho antes de profesionalidad. El de Garcigrande poco a poco se fue parando. Durante la faena de este el madrileño demostró una gran cabeza, hoy por hoy tiene un conocimiento y una seguridad digna de elogios. Terminó entre los pitones con circulares, haciendo una demostración de superioridad y nuevamente la plaza en pie. A la hora de matar literalmente se tiró encima. Otras dos orejas.

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