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20ª DE ABONO SAN ISIDRO

10:39
                              

29 de mayo. Corrida de toros.

Información relacionada
Reseña de la corridaLa tarde tras el objetivoEntre toro y toroFotoCuadrillaDe la mano de César
Cinco toros de Las Ramblas (uno más devuelto) y un sobrero de Fraile Mazas
Apartado de los torosMás informaciónPrograma de manoMás información
Nº 42, Dromedario, colorado, 543, 3/08 Silencio
Nº 49, Pasacalle, castaño, 528, 8/07Palmas
Nº 11, Indefinido, colorado chorreado, 543, 4/08 Silencio
Sobrero de Hnos. Fraile Mazas
Nº 15, Madriledo, negro salpicado, 527, 12/07
Palmas
Nº 30, Bienvenido, castaño salpicado, 594, 2/08 Silencio
Nº 41, Madroño, colorado, 525, 3/08Palmas



Julio Aparicio
Silencio
Bronca
(Se corta la coleta al finalizar el festejo)
Picadores
DAVID PRADOS
JESÚS VICENTE
Banderilleros
FERNANDO TÉLLEZ
ÁNGEL OTERO
JAVIER GÓMEZ PASCUAL

'El Fandi'
Silencio
Silencio
Picadores
JOSÉ MANUEL GONZÁLEZ
JUAN DE DIOS QUINTA
Banderilleros
CARLOS CHICOTE
CURRO JIMÉNEZ
DOMINGO VALENCIA

Miguel Ángel Perera
Silencio
Saludos con un aviso
Picadores
FRANCISCO DOBLADO
IGNACIO RODRÍGUEZ
Banderilleros
JOSELITO GUTIÉRREZ
JUAN SIERRA
GUILLERMO BARBERO

PRESIDENTE: D. MANUEL MUÑOZ INFANTE
ASESOR: D. PEDRO HERRANZ MARTÍN
DELEGADO GUBERNATIVO: D. JUSTO POLO RAMOS
VETERINARIOS: D. ELOY MARINO HERNANDO, D. CIPRIANO HEBRERO BRAVO y D. SECUNDINO ORTUÑO MARTÍNEZ

 PROGRAMA DE MANO 20ª DE ABONO



CRONICA POR MUNDOTORO


Prendieron a un tipo bajito y de nacionalidad emigrado. A uno de camisa a cuadros que le llegaba a Perera  a la altura del medio muslo. La desigualdad por  razón de genética. O es que su mamá lo castigaba debajo de la fregadera. Lo metieron preso por espontáneo, después de gambetear entre los banderilleros, alma menuda. A Fandi no lo apresaron, salió ileso y libre de Madrid. Ni a Aparicio. A Julio Aparicio lo fusilaron al atardecer con almohadillas después de cortarse la coleta. Cortarse la coleta debería ser la ya la máxima pena, pero la afición tiene el tamaño del que metieron preso.Afusilado el madrileño en su tarde amarga, contra la tapia arrimaron aPerara para pasarlo por las armas,  mientras el se pegaba el arrimón de una figura del toreo con el sexto toro. Madrid, a la que caes mal,  no hace prisioneros. Y sin embargo esa corrida de Las Ramblas, descastada, sin trapío en el primer tramo, no se llevó ni un mal gesto. Provocó lo que el toro bravo jamás ha de provocar. Indiferencia. 



Qué les hizo Perera quién sabe. Pero o mucho les hizo y no les hizo, que da igual. Eso dice un abonado de Torrejón ,  cuando su mujer lo fusila con improperios por venir de un lugar tan aburrido como la plaza de toros: ahí la tienes, la indiferencia le da morbo. . Caía la tarde al lugar donde se recogen los restos de los naufragios reiterados, cuando salió el sexto toro, el más serio de cara, un colorado bajo de agujas, que, como casi toda la corrida, mancó buen son. Buen aire, hasta calidad. Pero con la raza cabiendo en un suspiro de quinceañera. Ay.  Se lo sacó a los medios el torero y le animó a durar en dos tandas con la mano derecha poniendo tierra de por medio en el primer cite para aprovechar la inercia, dejarle venir con su buen tranco desahogado, ligando los pases sin obligar, enseñando mucho la longitud de cada muletazo. 
Fue en la tercera tanda cuando le apretó en los pases, dos hondos. Los vuelos de la muleta se llevaron en los flecos la raza que quedaba al toro. Porque con la mano izquierda  ya era otro, de viaje más corto, sin empuje. Le quedaba al de Las Ramblas dos cosas para salir ileso del paredón:  la seriedad en la cara para arrimarse con importancia y un viaje cansino. Con los muslos rozando hocico y pitones, se arrimó como un desperado mientras le pitaba ese sector que, depende quien, no hace prisioneros. Por la espalda se sacó una vez y otra las embestidas en circulares que terminaban en un bis a bis tan cercano que no había espacio ni para el cuerpo del que se llevaron preso. Un pinchazo arriba y una estocada dio paso a una petición no suficiente. Sale Perera sin un rasguño de Madrid, a pesar de la balacera.

Esa corrida que parecía decir soy buena gente, no debió decirlo tanto. Demasiado. Empalagó y hartó. Un exceso de almíbar que  se convertía en ricino a la que gastaban esa raza y casta de cuentagotas.  Los tres primeros eran para plaza menor y la corrida entera para un puyazo de pronóstico leve. Madrid no traga con eso porque no tiene que hacerlo.  En una  batalla liviana de algodones,  la corrida habría servido. Bien es cierto que el primero de Fandi, castaño oscuro de hocico muy fino, mucho cuello y que sería un toro chico de Sevilla, tuvo una gran calidad en capote, bien manejado por el granadino, suelto de brazos y muñecas. Y en banderillas, el tranco fue superior, como de  murube. Pero para un tentadero. Los pocos pases apretados que tuvo no se los pegó el torero, tirando más de oficio que de enganchar con los vuelos antes de matarlo de buena estocada. Comparado con el descrito, el quinto eran la papá, la mamá y los abuelos. Grande, regordío y nada apretado, fue toro sin fondo alguno que en la muleta caminó breve y feo.  

Se la pasó Fandi tratando de no cabrearse con una banderillas que había entrado en el hueco del puyazo, marró dos veces y con cierta guasa o sin el cierta, se le pidió un bis. La tarde tuvo su guasa. No se crean. Y sus broncas de monumento sonoro. Y sus chanzas a lo antiguo cuando Aparicio estaba con el capote frente al burraco de buenas hechuras de Fraile Mazas que no fue mal toro. Sólo que Aparicio estaba ya en la cuesta abajo. Todo se termina, aunque se termine de fea manera. Al primero, manstito, pequeño, que se  abría mucho, le firmó un pacto de no agresión con la muleta. El toro dijo vale, encantado. Pero el público lo vio. Y no tragó. Lo que sucedió en el primer toro de Perera es indiferente porque así lo quiso la raza de crisis que tenía. Lo que sucedió al final, cuando Julio Aparicio le dijo a Fandi que le cortara la coleta, es bellamente feo. Dignamente deshonrado. Por un lado, un torero en su máxima pena sin que el público se diera cuenta. O se dio. No se sabe. Las almohadillas volando sobraban. El toreo está cambiando.

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