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14 san isidro,

13:06


23 de mayo
Toros de
Juan Pedro Domecq
MORANTE de la Puebla
Alejandro Talavante
Juan Pablo SÁNCHEZ
(confirmará)

CRONICA POR GRANAINOPURO

Tarde bonita para confirmar pensaba Juan Pablo Sánchez. Morante de padrino, Talavante de testigo y la plaza llena. Y llegaron los Juan Pedro, con la lengua fuera desde que nacieran, aburridos, sosos , descastados, convirtiendo el evento en una corrida infumable y bobalicona. Por cada bostezo una pipa… y me comí una bolsa de las grandes. Que sed. Sedienta de ver toros y arte acudió la afición a Las Ventas y se encontró con un esbozo de las dos cosas, o mejor dicho, una caricatura de toros y alguna gotita de arte. El que sirvió para confirmar no acabó de definirse en el capote. En el caballo metió un pitón solo y sin bravura. Hubo en banderillas un par decente de Víctor Cañas. En el primer muletazo ya perdió las manos. Ni ritmo, ni clase, cabeceando al final, mal empezaba esto. Sin opción de ningún tipo lo mató de una gran estocada. Mal toro. Llegó Morante. Suspiro en los tendidos. Algún murmullo. ¿Será hoy? . Sale Un cinqueño castaño, bajo, bien hecho, con cara, que no acaba de humillar en el capote. La fuerza justita, apenas se le pica. Lo llevan entre algodones y lo sujetan con pinzas. Unos doblones por abajo, poco más y el de la Puebla si no lo ve, no lo intenta. Pincha siete veces y mata de media. Queda otro, prudencia. El de Alejandro es negro listón. Lo prueba en los medios con el capote. Hay que cuidarlo y se le hace un análisis de sangre en el caballo. Estatuarios de piedra, sin moverse. Dos series con la izquierda. Muletazos largos templando la embestida. A este le vale casi todo. La muleta baja, muy planchada en la siguiente tanda y el toro pierde las manos. En alguna hay ligazón, toques precisos, improvisación y cambios de mano con mérito. Pinchó y mató de un estoconazo. Quiso y pudo. Vuelve Morante. ¡A esta es!, suena en el tendido. Salió andando de chiqueros el negro oponente. Probaturas en el capote sin lucimiento y saliendo con la cara alta. En el caballo hizo sonar el estribo pero se le dio. En banderillas esperó sin mucho peligro. Con la derecha lo llevó a los medios. En la segunda tanda perdió las manos. En la tercera acariciamos el cielo con algún pase bello a un toro recuperadito. Y en la cuarta despertó la plaza. En la siguiente con la izquierda el toro con la cara alta y rebañando. Vuelve a la derecha y nos regala dos buenos pases y un trincherazo del que sale con torería. Otra vez con la izquierda, rebrincadito con la cara a media altura, despacio y sin emoción, el toro se acaba. Una pena, pensaron algunos. Otra vez será. Por cierto, el mismo vestido puede servir, ni se lo manchó. Pinchazos y descabello. Salió para Talavante el rey de la romana de esta tarde. Cuanto más grande más soso. Porque el colorado ojo de perdiz llegó dormido al ruedo. Se frenó en el capote. En el caballo se deja. Empezó la faena de muleta dando cabezazos al final de la embestida. No tiene mucho recorrido pero Alejandro lo mete en la muleta arreglando la embestida durante un par de series. Luego empieza a reponer y salirse de la suerte embistiendo con sopor. Pinchazos y mata de estocada trasera. Recibe alegre al sexto Juan Pablo Sánchez rematando con revolera. La esperanza es lo último que perdió alguien. Porque, después de una leve pelea al caballo, apareció Morante para desquitarnos de su mala suerte. Un quite pinturero a la verónica, con temple, “moranteando”, que convirtió los suspiros en oles. El mexicano, ya con la muleta, se va a los medios y le impone medicina de temple a la embestida rebrincada. Pero con la izquierda el toro quier pararse y va a menos, tan a menos que se echa dos veces y hay que matar. Estocada entera y fin de los juanpedros. Menos mal.

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