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1 san isidro,

13:08


10 de mayo
Toros de
El Cortijillo
MIGUEL ABELLÁN
LEANDRO
ANTONIO NAZARÉ
(confirmará)


CRONICA POR MUNDOTORO 

Nos habían avisado.  Los hombres del tiempo de las teles, esos que mueven las manos tocando a Lepe mientras hablan de las precipitaciones de Ou-rense. Que viene la calor. Pero en este país ya nadie cree a nadie. Al hombre del tiempo no le cree nadie y mira. El calor. Los niños ya no creen ni en los Lunnis, los coloreados personajes de la Luna Lunera. Los mayores si  creen en ellos, que remedio: se pasan los Lunnis al sol. Una tragedia que la van a arreglar el Gato con Botas Arrabal, la cohabitación cultural espiritual de Occidente. Creer se creía en una corrida que ni pintada de El Cortijillo, cuatro para enmarcar por tipos, pero apenas toros de fotos. Finos, echando la cara para adelante desde sienes estrechas, les pilló el calor por sorpresa o les dio la pájara de mansedumbre, o se fueron al paro en estejueves-Lunnis al sol, inicio de San Isidro.

Qué misterio este de los toros. Esa corrida cinqueña (salvo el cuarto)  de los Lozano, enseñando sin esconder de donde venían, puronuñez, con un toro más pesado y basto, el sexto. También  se igualó en el ruedo a medida que salían a la plaza. Sería por el calor. Pero apenas dieron opción a salir de la cola del INEM a los toreros. Madrid trata de ser bolsa de trabajo para ellos, pero confirmar la alternativa con un lote como el de Antonio Nazaré, es de lunnis al sol. Fue el que abrió plaza, corrida y feria  un toro de preciosas hechuras, bajo, serio, cara palante, lucero, muy en tipo, que hizo de salida lo que el guión de este  encaste escribe: muy abanto, huido, manseando en varas y abriéndose siempre sin mostrar celo. Había esperanza pues suelen ir a más. Dice el guión.

Una vez le dio celo Nazaré, el toro fue franco: se abría mucho de cada muletazo y había que buscarle para ligar el siguiente, pero lo admitía y hubo dos tandas ligadas pero a la velocidad del toro. Lo mismo pero más despacio, mejor. Rajadito pero sin irse a la tapia, fue a menos el toro, pero fue el mejor. Puso el torero tesón con ambas manos, comenzó el toro a salir con la cara alta y se rajó del todo. Peor fue el sexto, mas basto, manso evidente que hasta le tiró una coz al pasar en el primer pase. Hola Lunnis. Sin pasar, muy a menos, sesteó el toro en el sol que se apenas quedaba en Madrid, cierre de corrida.

Se rebotó una y otra vez en el peto, de caballo a caballo, el segundo, algo más abierto de cara y no tan divino de tipo. Le costó siempre pasar, seguir la muleta, con mejores finales que inicios, sin duda porque Abellán tiene fe en este encaste y se la puso siempre bien. Un pase de pecho cantó bueno por el lado izquierdo, pero fue espejismo. Acertó en darle pausas entre pase y pase y surgió algún enganchón.  Tampoco fue mal toro, normalito a la hora del arrastre, uno de los buenos de la corrida a las nueve y cuarto de la noche. Y a la hora de salir el cuarto, de una presentación impecable, un castaño listón de lámina dibujada, se perdió la fe en la corrida y en los Lunnis y en todo. Porque resulto ser el más rajado: le pegó un pase Abellán hacia afuera y se dio la vuelta al revés buscando la cola del paro en las tablas. Lo bueno de su mansedumbre fue que no hizo por él en el suelo, al resbalar el torero cuando entraba a matar.

A esa hora Lubinna, la bruja buena (600 tacos cumplidos), comentaba sobre lo comentado con Arrabal (siempre en sus 18) y a un paparazzi despistado de día y hora le pareció bien. La pareja. No la corrida pareja,  sino la pareja en sí, que tramitaba  un trío pánico con el Gato con Botas. El Gato (menudo es el gato) les dijo que no.  Normal,  porque a esa misma hora, ya  habíamos soportado  la duración de mini metraje del tercer toro, un colorado para enamorarse,  que se tragó dos tandas con la derecha en la muleta de Leandro Marcos y que le tiró dos o tres mascadas por el izquierdo. Por ahí siguió el  torero, firme, seguro. Por el único pitón que, con la guasa de la emoción, rompió esa paz mansurrona de la tarde. Hizo el esfuerzo,  pero lo mató mal. Del quinto no recordaremos su sosería cansina y  a menos de parado en progresión alarmante. Queda mucho. A Abellán la repesca de otra tarde que nace en esta tarde en la que nadie creyó al hombre del tiempo y la vivimos con Lupita, LublóLucho y demás Lunnis. Al sol.

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