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ZARAGOZA.- Cortó dos orejas

21:05
ZARAGOZA.- Cortó dos orejas

Premio a la entrega de Raúl Rivera


La novillada de Hermanos Martínez Pedrés fue una auténtica corrida de toros, por hechuras y seriedad. Muy astifino y ofensivo el primero, resultó noblón aunque blando y a la defensiva; destacó el cuarto por el pitón izquierdo y el quinto, más entero. Esa fue la tónica de un encierro muy carente de fuerzas, lo que condicionó notablemente el espectáculo.
El mejor parado fue un Raúl Rivera bullidor y entregado. Fácil en banderillas, que se dejó llegar a su aire el cuarto, aprovechando un buen pitón izquierdo que supo ver rápidamente. Eso, mientras el novillo se mantenía en pie pues sus tumbadas fueron constantes. Cortó una oreja -como en su primero- un novillo igualmente flojo pero con atisbos de cierta nobleza. Como salió trompicado al entrar a matar, la sugestión colectiva empujó el pañuelo del presidente fuera de la balconada en atención a la petición popular.
Estimable el muleteo de Ángel Puerta al quinto, el más entero del encierro. Basó gran parte de su labor por el pitón derecho buscando siempre el viaje del novillo, recolocándose, antes de perder todas sus opciones por el mal manejo de la espada. En su primero, había sumado un gran número de muletazos a lo largo de un faenar itinerante y reiterativo sin mayor trascendencia.
Javier Jiménez topó con dos novillos nada propicios, ante su primero -siempre a la defensiva- solo pudo mostrar su firmeza y seguridad con gran aplomo. El que cerró plaza, el menos voluminoso de los seis, obedeció al mismo patrón: cortedad en el viaje, escaso celo y muy poca clase. Jiménez, desesperado, al menos, lo intentó.
Ficha del festejo:
Plaza de toros de Zaragoza. Un quinto de entrada. Novillos de Hermanos Martínez Pedrés, con hechuras de corrida de toros, muy astifinos, blandos y con pocas opciones.

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