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CASATEJADA.-

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CASATEJADA.-

Rafael Cerro, cumbre con los de El Torreón


A las seis de la tarde sonaban los clarines y timbales de la coqueta y renovada plaza de la localidad cacereña de Casatejada, para presenciar lo que nadie podía imaginar, una excelente novillada presentada por el ganadero colombiano César Rincón y que perfectamente podía haberse lidiado en cualquier plaza de segunda categoría. Cinco de seis es el balance ganadero de un encierro que dio buen juego para el lucimiento y disfrute de los aficionados que abarrotaban esta localidad cacereña.
La rejoneadora portuguesa Ana Rita mostro que sabe montar a caballo y que está preparada para retos más importantes. En su primero estuvo aseada y muy voluntariosa. En banderillas arrancó los primeros aplausos del público asistente, pisó terrenos comprometidos. Clavó al violín, usó la rosa y en banderillas cortas, logró en redondo por el pitón izquierdo  poner a la afición en pie. Un pinchazo y un rejón trasero le sirvieron para arrancar la primera oreja del festejo. En su segundo lidiado en sexto lugar, previo acuerdo con los novilleros para no deteriorar el piso demasiado con los caballos, Ana Rita lo intentó ante un público que se enfrió después de la muerte del quinto novillo lidiado por Rafael Cerro. Aun así la portuguesa estuvo digna ante el que quizás fue el peor novillo de la tarde. Falló con el rejón de muerte en varias ocasiones, motivo por el que no cortó más apéndices.
Por su parte el novillero de Cehegín (Murcia) Antonio Puerta, se le esperaba más de lo que dio. En el primero de su lote, segundo de línea ordinaria, pareció no entenderlo, un novillo que fue de mano izquierda y que Puerta lidió con la diestra. Rectificó tarde y el novillo se fue al matadero sin desorejar. Dos pinchazos y una media estocada le sirvió para escuchar, silencio.
En su segundo el de Murcia supo entenderlo logrando series de gran gusto. Un novillo, al igual que el resto de los lidiados con mucha fijeza, la cual no demostró en el capote. Antonio lo lidió por el pitón derecho y prácticamente no lo probó por el izquierdo al que seguro, pudo sacarle series de gran belleza. Un pinchazo y media estocada le sirvió para cortar dos orejas.
Pero  la tarde cambió con el novillero de Saucedilla Rafael Cerro, hacía tiempo que no se veía torear a un novillero como Cerro lo hizo en Casatejada. Se vio a un torero cambiado con más gusto, con más transmisión, con más decisión y con un sabor de esos que animan al aficionado a volver a verlo. Cuajó dos faenas a sus dos novillos lidiados en tercer y quinto lugar de mucha profundidad, novillos que repetían, con fijeza y a los que el de Saucedilla entendió a la perfección y consiguió cortar dos orejas de su primero y dos orejas y rabo de su segundo al que después de una importante faena basada en el sitio, en dar tiempo a su oponente y en saber ligarle los muletazos y sobre todo en el temple, el público pidió la vuelta al ruedo del novillo siendo concedida junto con el mayoral de la ganadería que fue invitado a darla por el propio Rafael Cerro.

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