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MANIZALES (Colombia).- 3ª Toros y ciudad

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MANIZALES (Colombia).- 3ª Toros y ciudad

El indulto de Carcajada


Los de Ernesto Gutiérrez, de tristes figuras, sacaron todo el repertorio del desrazamiento; desde la dócil y conciliadora bondad del indultado, hasta la mansedumbre malgeniada del sexto. Vinieron además muy dispares en tipo. No fue un encierro bello, ni bravo, ni emocionante, pero a la afición manizaleña, hecha a este tipo de toro, le gustó. Aplaudieron los tres primeros y forzaron el indulto del impresentable cuarto.
El bogotano Manrique de tan prolongada y discreta carrera, tuvo hoy una de sus tardes más afortunadas, o mejor de sus mañanas más afortunadas, porque sorteó un toro inofensivo, cornicorto, gacho, brocho y poseído de una dulzura y una obediencia supinas. Sin el menor sobresalto le hizo cuanto quiso, en medio de un delirio creciente que subió hasta el palco de Usía, desde donde sin empacho le soltaron el pasodoble "Feria de Manizales", reservado según el reglamento de la plaza para "faenas excepcionales".
Tras un lanceo vistoso a la verónica, una vara de Clovis, y el trámite banderillero,Carcajada comenzó a seguir la muleta con una fijeza, una suavidad y un fidelidad obsesivas, que son marca genética de la casa. Primero por derechas en tercetos y cuartetos, modosos, amistosos, redondos, que terminaron haciéndose circulares de una, de dos, de tres vueltas, de noria mejor dicho. Comprobada la cautividad inerme, la izquierda intervino y la faena se fue larga, larga, sin fatiga ni desistimiento, al tiempo que la gritería y la música enloquecían. Un par de amagos premeditados de igualada provocaron furibundas protestas, justificadas con más muleteos, hasta que aparecieron el pañuelo de la vida y los de las orejas simbólicas.
La Monumental que se caía, y en esas, nadie recordó la cláusula reglamentaria que exige "trapío excepcional" como primera condición para un indulto. Pepe, con el primero también brocho, pero no capacho, estuvo menos confiado, fue desarmado y acabó con estocada chalequera y dos descabellos.
A Castella, lo quieren aquí con pasión, y él da motivos. Ha ganado tres veces el trofeo de la feria. Al soso segundo le puso empeño sereno, y con aseo le construyó una faena que no merecía. El triunfo total era suyo, pero pinchó en mal sitio, luego le puso la espada trasera, y su señoría le premió con una oreja. Con el quinto, manso, rajado, entablerado, sudó la gota gorda pero dos pinchazos, tres descabellos y un aviso, lamentados con alaridos colectivos, no dejaron que le abrieran la puerta.
Luís Bolívar corrió suerte similar. Al tercero, manso, caminador, soso, le montó un jaleado recital de capa. Pero la falta de emoción del toro le obligó a inventársela él con series naturales tozudas que halaban y halaban del desganado. El estocadón tardó, pero mató, y la oreja también tardó, pero cayó. El sexto, el mejor armado, fue también el peor; manso-bronco, incierto y con genio, desafió la capacidad lidiadora del caleño, que resolvió bien, pero con la espada se hizo un lío, acertando a treinta segundos del tercer aviso.
Finalizó así la miniferia Toros y ciudad, la gente se fue contenta, comprobando una vez más, que mientras la fiesta amenaza derrumbe por todo el país, Manizales la ama, con su amor particular, por encima de toda vicisitud y quizá termine siendo su último baluarte.
Ficha del festejo
Plaza Monumental. Sol y lluvia. Tres cuartos de plaza. Seis toros de Ernesto Gutiérrez , pobres de cara, bajos de romana, disparejos de juego y de poca raza. Indultado el 4º, Carcajada  81, cinqueño, negro, capacho, y de 474 kilos.
Pepe Manrique, silencio y dos orejas simbólicas.
Sebastián Castella , oreja y vuelta tras aviso.
Luís Bolívar , oreja y silencio tras dos avisos.
Incidencias: Saludaron; Iván Giraldo y Emerson Pineda tras parear al 1º, y de nuevo Iván Giraldo, que presentaba examen, tras parear al 3º. Al terminar el festejo Pepe Manrique salió a hombros.

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