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MÉXICO.- Séptima de la Temporada Grande

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MÉXICO.- Séptima de la Temporada Grande

Oreja en la despedida de Manolo Mejía


El diestro defeño Manolo Mejía en el primero de su último lote profesional bregó con sabiduría para luego lancear con calidad a pies juntos. Tras la correspondencia en la devolución de trastos y el brindis a su señor padre, don Francisco, Manolo al huidizo e incierto marcogarfeño le ejecutó una labor estudiosa hasta ligar series meritorias y ortodoxas tandas por ambos lados. Vino entonces una vitolina para engarzar más derechazos y abrocharlos con desdeñoso pase. Siguió por ese perfil con evidente talento, estando muy por encima del toro. Y por ahí fue el resto de la historia, intercalando una vistosa serie de molinetes. Más toreo diestro, a media altura, que remató con otro lance del desprecio y lleno de arte. Terminó hasta el cuarto viaje de estocada entera y contraria para ser ovacionado.
Al toro del adiós, de nombre Alicoche, lo recibió con farol y lances a pies juntos al hilo de las tablas para terminar bregándolo y después de manera intempestiva el astado brincó al callejón creando pánico y provocar que hasta el padre de Manolo, al no poder saltar al ruedo, le hiciera el Tancredo. De regreso a la arena, Mejía quitó toreramente por chicuelinas. Con la muleta le cuajó un sentimental y nostálgico trasteo por el pitón derecho a un ejemplar nada fácil. Le pudo Manolo al toro recordando aquellas faenas de consagración ejecutadas por él en este ruedo, como aquellas a Costurero,Zalamero, Desvelado y Miguelón. Y así, teniendo como fondo musical las notas tristes de Las Golondrinas, el Orfebre de Tacuba se la jugó por el lado izquierdo con gran determinación. Un desdén, un molinete y el forzado de pecho para terminar, entrando a matar para dejar un pinchazo y una estocada entera y desprendida para serle otorgada una cariñosa oreja, siendo ovacionado en una emotiva vuelta al ruedo entre gritos de ¡torero! y mientras recibía en su recorrido al anillo la estimación y el reconocimiento del público que lo elevó al estatus de figura del toreo surcaban el aire palomas que hacían más conmovedora la postrera escena torera de Manolo Mejía. Una vez terminada la aclamada vuelta, se fue a los medios empuñando una blanca paloma y un sombrero de charro a donde esperó a que bajaran sus hijos Imanol y Paloma, además del abuelo Francisco "Don Pancho" para que le cortaran el añadido cuando flexionó una rodilla. Y mostrando la coleta ya desprendida echó a volar la paloma en señal del adiós a los ruedos luego de más de 40 años de torero, dando una última vuelta recibiendo también el reconocimiento de sus compañeros de cartel, subalternos, torileros y monosabios. Adiós Manolo y gracias por ofrecernos tu arte inconmensurable.
En el primero que le tocó lidiar al espada de Aguascalientes Fabián Barba se fue a los medios a recibirlo de rodillas con una larga cambiada y un farol, además de pie veroniquear con empeño y llevarlo al caballo por chicuelinas caminándole y más adelante quitar de manera estupenda por ajustadas gaoneras. Con la muleta, en el centro del ruedo, inició por alto hasta en cinco ocasiones y sin reponer el terreno en los cuatro últimos lances. Le dio entonces curso a su trasteo por el lado derecho en tres tandas de buena factura e intercalando adornos toreros. Con la mano zurda el astado no le ayudó mucho aunque el esfuerzo y el oficio del torero siempre fue mayor y de buena exposición. Persistió por ese lado con empeño a pesar de algunas protestas de cierto sector del público, por lo que optó por pasarse el engaño a la mano derecha para exponer algunos detalles de filigrana y seguir largando tela pero sin la aprobación de la concurrencia hasta cierto punto injusta. Hizo el toreo en redondo con voluntad hasta sufrir un susto sin consecuencias. Acabó de pinchazo y estocada honda para escuchar división de opiniones.
A su segundo lo lanceó flexionando una pierna y después veroniquear con voluntad, además de ejecutar un corto quite por tafalleras. Su labor con la franela, a un ejemplar deslucido, Fabián le plantó cara para realizar una faena de mucho mérito, sobre todo por el lado izquierdo. Lo intentó por el derecho pero prefirió mejor emplearse por naturales con evidente sitio y oficio, además de valor y entrega torera, inclusive por ahí intercalando un vistoso afarolado seguido del pase de pecho. Se dio después a torear de manera circular en tablas y en un palmo de terreno por el perfil diestro. Machacona de verdad la faena de Barba, que terminó de certera estocada para ser ovacionado.
El diestro madrileño David Mora en el astado que abrió plaza, el de la ceremonia de su confirmación de alternativa, llamado Miel de Penca, jugó bien los brazos en clásicos lances a la verónica y mejor se dejó ver en un quite por chicuelinas y tomasinas. Vino luego la ceremonia de su confirmación cuando Manolo Mejía, ante la presencia de Fabián Barba, le cedió los trastos y entonces comenzar el español su faena doblándose con suavidad, continuando templadamente su labor a través cuatro series de derechazos más a menos. Por el izquierdo le pegó un par de tandas buenas en su trazo con estética dejando buenas sensaciones. Volvió a tomar el engaño con la mano diestra y ya no fue lo mismo. Entró a matar de manera defectuosa dejando envainada la espada y acabó con otra en mejor sitio pero desprendida para escuchar algunas palmas y perdiendo probablemente una oreja.
Y en el que cerró el festejo lanceó con esmero y valiente se vio en un ceñido quite por gaoneras. Con la muleta, previo brindis a su padrino Manolo Mejía y a su testigo de ceramonia, el madrileño llevó a cabo una faena entre altibajos, se le vio por momentos con falta de temple por ambos lados, si acaso por el izquierdo tuvo sus mejores momentos, con torería y buena disposición pero sin redondear por los problemas que le presentó el astado. Finiquitó de estocada un tanto trasera y tendida, además de descabello, siendo despedido con aplausos.
Ficha:
Monumental Plaza México. Séptima corrida de la Temporada Grande 2012-2013. Mala entrada con clima fresco y algo de viento. Toros de Marco Garfias, desiguales en tipo y juego, siendo bueno el primero, regulares el tercero y el sexto y, complicados el segundo, cuarto y quinto.
Manolo Mejía: Ovación y una oreja
Fabián Barba: División de opiniones y ovación
David Mora: Palmas y palmas

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